Cuida la piel de tu familia. No hay nada más relajante que pasar un día al aire libre, ya sea en la playa, el parque o el partido de fútbol. Pero hay que tener cuidado con el sol.
Cuando calienta el sol
El sol puede dañar cualquier tipo de piel, hasta la piel morena; puede dilatar las venas, causar quemaduras, cambios de textura y hasta cáncer. Tu primera defensa es evitar el sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Si no es posible, hay que tomar ciertas medidas: aplícales a todos en tu familia un bloqueador de sol de al menos SPF 30 (factor de protección solar) para el bronceado y no olvides cubrir bien los labios, la nariz y las orejas.
Sigue la regla de las dos horas
El agua y la arena reflejan el sol y pueden redirigir hasta el 85 por ciento de los rayos solares dañinos. Reaplica bloqueador de sol cada dos horas. La arena puede irritar a quienes tienen la piel sensible, por lo que es bueno concluir el día con un baño con jabón líquido y un shampoo hidratantes. En la noche, aplica una crema humectante para enriquecer la piel.
Agua, agua, toma agua
El sudor, que regula el calor del cuerpo y lo mantiene fresco, contiene agua y cantidades mínimas de amoníaco, sal y azúcar. Si tú o tu familia están sudando demasiado podría ser que se están deshidratando.
Asegúrate de que todos beban agua frecuentemente y reapliquen bloqueador ya que el sudor lo puede diluir.
Cuida tu piel y la de tu familia. Así todos disfrutarán al máximo la diversión del verano.
También te puede interesar leer: Siempre Linda